Cuando se recibe una intervención médica por un proceso oncológico es demasiado habitual que queden secuelas, ya sea derivado del tratamiento de quimioterapia o radioterapia, o por la necesidad de realizar una intervención quirúrgica.
Es relativamente común que tras una intervención quirúrgica, tanto el órgano intervenido como otras partes colindantes queden afectadas y sea necesario realizar una rehabilitación de la función del órgano o de la zona a nivel músculo-esquelético/nervioso.
La Fisioterapia aplicada a la oncología es fundamental para la correcta recuperación de la “normalidad” de la persona, así como prevención frente a los distintos retos que se persentan en un tratamiento oncológico convencional.