Cuando se recibe un diagnóstico de cáncer, cae como una losa y te inunda el miedo. A partir de ese momento, la vida cambia para siempre y comienza un recorrido que, dependiendo de la persona, se vive con más o menos angustia.
Llevo más de 10 años acompañando a personas con distintos procesos, y si alguno se vive intensamente, son los procesos oncológicos. Una buena gestión emocional, gestión de los hábitos de vida y la comprensión biológica de lo que está sucediendo marcan la diferencia y pueden ser la palanca con la que lograr el resultado deseado.
Nutrición celular, ejercicio físico y terapias complementarias al abordaje clínico médico son de gran ayuda, pero es imprescindible realizar un profundo trabajo interno con el que descubrir tu mapa biológico y comprender las causas y activadores de tu programa biológico que están asociados a tu proceso oncológico.